A lo largo de mi vida he visto muchos emprendedores con ideas brillantes sobre ciertos negocios con la finalidad de que puedan ser libres de un jefe, una empresa y construir el sueño que siempre han anhelado.

He visto ejemplos buenos y ejemplos malos, ambos con la misma ambición y la misma pasión referente a su producto o negocio.

Sin embargo, he notado que la grande diferencia radica en la calma y la inteligencia. Pensar dos veces la decisión que se va a tomar. Apostar todo por la idea, no siempre ha sido bueno, existen excepciones pero la gran mayoría de veces el proyecto no termina bien.

Y es que hay factores que deben tomarse muy en cuenta, por ejemplo:

Creo firmemente en la idea de luchar por los sueños, de invertir por lo que nos apasiona, pero también creo firmemente que debemos dar pasos inteligentes para llegar a la meta final con mucho gozo.

Deja una respuesta

Quiero renovar

Agenda una demo gratis
a Bind ERP